“Hola mami, te estoy llamando”
EN EL MEDI@ - nota 2
Sí, los celulares llegaron a las manos de los más chicos. Con diseños coloridos y funciones simplificadas, algunas compañías se lanzaron a la seducción de los pequeños usuarios. ¿Idea aberrante o herramienta de seguridad para los padres?
La tecnología encarnada, en este caso, en los teléfonos móviles o celulares –como se los llama en la Argentina- invade sin pausa la vida cotidiana de miles de millones de personas y supera día a día cualquier tipo de barrera, hasta las vinculadas con la edad.
Hace pocos días, el gigante estadounidense del entretenimiento -más conocido como Walt Disney- anunció que ofrecerá un servicio de telefonía móvil para niños de 8 a 12 años de la mano de otra compañía llamada Sprint, que aportará su red de comunicaciones. Disney Mobile, tal el nombre de la nueva división del creador del Pato Donald y el Ratón Mickey, asegura en su sitio web:
“Las familias de hoy están más ocupadas que nunca, las mamás se encargan de múltiples tareas, y los papás y los niños requieren modos efectivos y confiables de estar en contacto”.
Esta propuesta de Disney está destinada a un mercado en donde el 70 por ciento de la población adulta ya está suscripta a algún servicio de telefonía móvil.
Si bien en el país todavía no está muy difundido el uso de estos servicios, compañías como Brighstar Argentina anunciaron que durante el segundo semestre de 2005 planean lanzar una oferta de teléfonos móviles especialmente diseñados para chicos. Se trata de la representación local de la firma norteamericana Firefly Mobile.
Estas terminales (ver galería de fotos) tienen apenas cinco teclas con íconos reconocibles por cualquier chico: una es para llamar a mamá, la otra para contactarse con papá, una simple libreta de números configurables por los grandes, un botón verde para llamar y otro rojo para cortar la comunicación. Este servicio ya cuenta con más de 100 mil usuarios menores de 12 años y permite bloquear la recepción de llamados de números no incluidos en el directorio del teléfono. Además, la compañía ofrece un seguro en caso de que los chicos pierdan los aparatos.
Pero no es la única. Enfora ofrece un aparato bautizado TicTalk, que es aún más simple e incluye un software educativo para chicos de 6 a 13 años. Además, la famosa fábrica de Barbies Mattel lanzará en breve su propia terminal inspirada en la célebre muñequita rubia. Incluso, Nokia presentó un modelo especial de color rosa dominante con Hello Kitty como personaje central.
Conectados, pero no tanto
Pero no todo es del color de Hello Kitty. Numerosas organizaciones de defensa del consumidor están preocupadas por el impacto que produce en la vida de los niños (y en su salud) la introducción de nuevas tecnologías. El grupo Consumer Union, por ejemplo, denuncia a las compañías de este rubro, las alimenticias y los bancos por tratar de introducir sus productos en la mente de los pequeños clientes sin el consentimiento de los padres.
En España, Movistar presentó en los últimos días un kit infantil que incluye tarjeta prepaga, restricción de llamadas y mensajes, cobro revertido, juegos educativos, un sistema de bloqueo de acceso al contenido adulto y un servicio de localización. Este último punto (el llamado sistema GPS –Global Positioning System-) es materia de debate en la Madre Patria, ya que está en discusión si no se trata de un sistema que viola el derecho a la privacidad de las personas. Este nuevo pack de productos parece una solución para los padres, pero no tanto para los chicos ya que se restringe uno de sus principales valores en esta época: la libre elección de contenidos, fuentes y dispositivos. Aún no está claro cuál será la estrategia local de la principal operadora de telefonía celular en la región.
“Como el 90 por ciento de la población ya tiene un móvil, quieren ampliar la cuota de mercado captando a los niños”, denunció a la agencia EFE la vocera de la española Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Y amplió: “El niño tiene la ventaja de que, además de ser un consumidor del mañana, puede incidir en las decisiones de consumo de los padres. Además, está claro que los psicólogos infantiles desaconsejan la exposición temprana a este tipo de tecnologías”.
La bola de nieve
Hace pocos días, Ariel Torres, editor del suplemento Mi PC echaba un poco de luz (ver “Los celulares que vienen serán para el asombro”) sobre un fenómeno que avanza implacable en la cartera de la dama, la cintura del caballero o la mochila de los chicos: “Cada vez se pueden hacer más cosas con los teléfonos móviles: algunos ya sirven como TV y otros como walkman. Pronto incorporarán un disco rígido interno y reconocerán la escritura del usuario. Diseñadores de moda y autos son convocados para crear sus formas externas. Ya se habla de smartphones, teléfonos inteligentes con funciones propias de las computadoras de bolsillo”.
Más allá del nivel de impacto, capacidad de portabilidad y funcionalidades en aumento, los celulares presentan números que asombran y que seguramente se irán incrementando después de que lea este artículo: En la Argentina ya hay más líneas móviles que fijas, el año 2005 se despedirá –según estimaciones de Carrier y Asociados- con alrededor de 17 millones de clientes (una penetración del 50 por ciento) y se estima que para el 2010 habrá más de 2600 millones de celulares en el mundo.
En medio de esta avalancha, cabe preguntarse si un artefacto comunicacional de uso habitual (aunque cada vez más excede esta mera función) puede ser manipulado por los chicos como si fuera una caja de legos, un yo-yó o un cariñoso muñequito de peluche. Tal vez la respuesta descanse en la responsabilidad de los padres y también en las compañías cuya oferta de servicios se limite exclusivamente al gran objetivo de Graham Bell: el contacto a distancia.
Gastón Roitberg
De la redacción de LA NACION LINE
groitberg@lanacion.com.ar
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